Reflexionar sobre las ingenierías, o sobre los ingenieros que al fin y al cabo es lo mismo, es un asunto complejo sobre todo cuando se hace con la pretensión de profundizar sobre aquellos atributos que le son más propios, por medio del análisis de sus dimensiones académica, profesional y social. La etimología de la propia palabra con que se denomina al ingeniero en las distintas lenguas, y por lo tanto culturas y organizaciones sociales, da lugar a una primera reflexión. El atributo ingenio se desprende de forma natural de la denominación ingeniero propia de las culturas europeas, bajo una considerable influencia francesa (génie e ingénieur, ingegneri, ingenieur,..), mientras que el atributo de engine o motor da posiblemente lugar al término anglosajón engineer. Quizá y tomando partido, se puede argumentar que la palabra engine surge durante el desarrollo industrial (por ejemplo motor de vapor, Watt 1782), en una época en la que los ingenieros ya eran conocidos socialmente con este nombre e incluso ya formaban prestigiosos Cuerpos de Ingenieros en las sociedades y en los ejércitos europeos.
Más allá de esta controversía inicial, la Real Academia Española que es la institución que proporciona la interpretación oficial de la lengua española, define la ingeniería como el estudio y aplicación, por especialistas, de las diversas ramas de la tecnología, es decir (sic) de los distintos conjuntos de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. Pero también se puede interpretar la ingeniería como el resultado de la actividad del ingeniero, y en este caso el diccionario aporta una visión más amplia y complementaria, persona que discurre con ingenio las trazas y modos de conseguir o ejecutar algo. En síntesis, de acuerdo con el diccionario de la RAE, la ingeniería podría caracterizarse por el resultado de aplicar un conocimiento científico con ingenio. Claramente una síntesis muy en sintonía con la etimología de la palabra castellana ingeniero.
Pero yendo un poco más allá, hay que contestar que esta simple proposición ha sido durante las últimas décadas interpretada por los ingenieros españoles, colectiva e individualmente, con una perspectiva económica, o quizá ,mejor economista, aunque ello no implicase pérdida alguna de otros valores, como recientemente ha puesto de manifiesto, en sus estrategias un marketing, una empresa española de primera línea del sector que describe la ingeniería como aquel conjunto de conocimientos y técnicas que permiten resolver los problemas que afectan a la humanidad. Agrupando todos estos conceptos e ideas, existiría una forma más ajustada de interpretar con pocas palabras los atributos más básicos de la ingeniería española: el arte de aplicar el conocimiento con ingenio y compromiso social.
La proposición relaciona la ingeniería con el arte, y esto debe ser así por diferentes motivos. No sólo desde el punto de vista estético, quizá más discutible pero no por ello inapropiado, sino especialmente por la necesidad que tienen los ingenieros de compatibilizar adecuadamente el conocimiento con el ingenio a la hora de resolver los problemas que la actividad profesional les plantea. Esta cuestión no es sencilla y para hacerla efectiva garantizando buenos resultados prácticos tanto a nivel individual como colectivos, los ingenieros han tenido que establecer un conjunto de preceptos y reglas de buenas prácticas (buenas artes) que recogen los saberes y las experiencias prácticas más significativas. Todo ello hace que cualquier reflexión seria, sobre las ingenierías tenga que desarrollarse con y entorno a, muchos valores intangibles, a pesar de las consecuencias concretas que lleva consigo el trabajo cotidiano del ingeniero.
Este texto no pretende ser un compendio de la historia de la ingeniería ni de las capacidades del ingeniero ni tampoco crítica alguna del sistema con que se han dotado los ingenieros para regular su actividda profesional sin introducir otro más extenso relacionado con el análisis de la demanda de los estudios de ingeniería en las universidades españolas, estableciendo el marco y las referencias de ingeniería necesarias para comprender el verdadero alcance de los razonamientos y conclusiones que finalmente se realizan. Para ello y en primer lugar se hace una breve reseña histórica de la evolución de las ingenierías, un recorrido por los distintos escenarios y enseñanzas que formaron y forman a los ingenieros, un análisis de las profesiones y de las instituciones que regulan la actividad de los ingenieros para finalizar con una reflexión genérica sobre la importancia de la ingeniería en el desarrollo de las sociedades modernas.